La tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) y la tomografía computarizada (CT, por sus siglas en inglés) utilizan pequeñas cantidades de material radiactivo que se inyectan en el cuerpo para obtener imágenes que los médicos utilizan para determinar la extensión de enfermedades. En el tratamiento de cáncer, los médicos combinan ambas pruebas para diagnosticar el cáncer con mayor precisión, supervisar la terapia y determinar si se reducen los signos del cáncer después del tratamiento.