Una sobreviviente de cáncer de mama se nutre de humor y de una actitud positiva
Amy Schwartz no podía evitar que su mente pensara en el peor de los casos cuando se enteró que tenía cáncer de mama. Tenía 42 años, décadas más jóvenes que la edad promedio de diagnóstico que es 62. Su cáncer era de tipo triple positivo. Es decir, un cáncer agresivo. Estaba en tapa 2B. El bulto que ella misma había descubierto en el seno izquierdo durante un autoexamen, era grande – casi 90 milímetros.
Amy y sus dos perros estaban viviendo con sus padres en Middlebury, Indiana. Se suponía que la mudanza de Indianápolis, donde Amy había vivido por 18 años, era temporal y hasta que las restricciones e incertidumbres de la pandemia se resolvieran. Pero ahora, con el diagnóstico de cáncer, la vida se le había puesto de cabeza.
El cáncer no espera la edad adecuada
Amy había encontrado un bulto en el seno izquierdo durante un autoexamen en la primavera del 2020. Ella se auto examinaba periódicamente desde que se encontró un tumor de grasa benigno en su seno derecho en el 2004. Esta vez, el bulto en su seno izquierdo era diferente.
Ya instalada en la casa de sus padres con sus perros Finn y Harper, Amy comenzó a indagar a dónde ir para una mamografía, y las recomendaciones seguían apuntando al Goshen Retreat Women’s Health Center.
Después de la mamografía, ultrasonido y biopsia, le diagnosticaron con cáncer en octubre del 2020.
La Dra. Laura Morris (oncóloga quirúrgico de mama) del Goshen Retreat Women’s Health Center estuvo a cargo de guiar a Amy con las opciones de tratamiento. El plan que elaboraron comenzó con quimioterapia para atacar las células del tumor, seguido de una mastectomía bilateral para reducir el riesgo de recurrencia. Y después de que sanara de la cirugía y la reconstrucción, se le daría un tratamiento de radiación para eliminar las células cancerosas restantes y reducir el riesgo de recurrencia.
Un mes antes de su diagnóstico, Amy había comenzado a trabajar en una fábrica local de vehículos recreativos. Aunque trabajaba remotamente, no tenía la menor idea de cómo afectaría el tratamiento su trabajo. El diagnóstico y tratamiento traía consigo incógnitas y preocupaciones para ella.
Amy le puso el pie rápidamente al carrusel emocional, y…
Se dijo: “Todo es cuestión de perspectiva”. Le dije a mi familia y amigos que “vamos a superar esto con buen humor y buscar los aspectos positivos de esta difícil situación.”
El primer desafío emocional llegó antes de la segunda ronda de quimioterapia, cuando un mechón de pelo cayó en el piso cuando se estaba bañando.
Amy recuerda: “Tuve una minicrisis de 10 segundos, e inmediatamente decidí afeitarme la cabeza.” Pero antes de agarrar las tijeras, Amy hizo una lista de música para “la calvicie” y puso su esperanza de mantenerse calmada en la música de Ron Gallo y la banda de Dave Matthews.
“Primero pensé que tendría miedo, pero después de afeitarme la cabeza, me sentí libre”
Dales algo de qué hablar
Para alegrar los días en que recibía la quimioterapia, Amy se vestía con una combinación nueva de leggings que hacían juego con sus zapatos Adidas Superstar. Sus seguidores en las redes sociales esperaban con atención para ver los nuevos atuendos los días de infusión, y enviaban memes divertidos para ayudarla a resistir las 6 rondas de tratamiento.
Sus perros Finn y Harper la acompañaban en los días de infusión ya que un amigo había estampado sus rostros en almohadas especiales que Amy llevaba consigo a cada cita.
La Dra. Morris lideró el equipo de oncología quirúrgica durante la mastectomía de Amy en mayo del 2021. Al mismo tiempo, el cirujano plástico Dr. Ronald Downs, del The Centre, P.C. (afiliado al Goshen Retreat), hizo una reconstrucción mamaria con implantes. Eso le permitió a Amy avanzar más rápido a la etapa de sanación y recuperación.
“Cuando sea una anciana viviendo en una comunidad de jubilados, tendré los senos más jóvenes de mi comunidad,” dice Amy, con una sonrisa.
El éxito con sus mudas durante la quimioterapia preparó el camino para que Amy mostrara su singular habilidad para la moda durante 25 rondas de radiación. Al comienzo de las sesiones que duraban cinco días, ella aseguraba que el color de su camisa y el esmalte de sus uñas hagan juego. De esta manera, levantaba su ánimo y hacía más llevadera las cinco semanas de terapia.
La travesía no fue fácil
Los días tristes también fueron parte de la vida de Amy, ya que una sonrisa podía rápidamente tornarse en llanto. En esos momentos se apoyaba en su familia y amigos para desahogar emociones acumuladas. La mamá de Amy entendía perfectamente el dolor y la angustia de vivir con esta enfermedad, porque ella también se enfrentó a los desafíos del cáncer 20 años atrás.
Amy dice: “Todo tiene su razón de ser…Nunca podría haber enfrentado el cáncer sola.”
El Equipo de cuidados integrales (Integrative Care Team) del Centro de Cáncer se encargó de monitorear a Amy durante todo el tratamiento. Además, los dietistas prepararon un plan de alimentación especial para ayudarla a mantener su energía y proteger su salud. Por su lado, el doctor neuropático recomendaba suplementos alimenticios y vitaminas para restaurar los tejidos y ayudar al proceso de sanación después de la cirugía.
En momentos de duda, Amy acudía a su consejero de mente-cuerpo. La presencia tranquila y el oído atento del terapeuta le ayudaba a darle fuerza y continuar con su tratamiento.
Los hitos grandes o pequeños alivian el camino de la supervivencia
Después del tratamiento, Amy fue recuperando poco a poco su energía, la cual medía por la distancia que podía caminar con Finn y Harper. En junio del 2022, Amy y sus perros participaron en el desafío “Camina 30 millas con tus perros.” Ella y sus perros caminaron ¡43 millas! Este evento nacional es auspiciado por la Sociedad del cáncer de los EE. UU. (American Cancer Society) y recauda fondos para apoyar a las personas con cáncer.
Después de la cirugía y la reconstrucción de senos, Amy se sacó unas fotos profesionales, y gracias a ellas, se siente a gusto con el sendero en que se encuentra ahora. Su línea de cabello se parece más a la de Steve Harrington de la serie televisiva Stranger Things, que a la de Charlie Brown de la caricatura Peanuts. Y en las palabras de Amy, el “programa” Pérdida de Peso Natural, impuesta por la enfermedad, le hizo perder algunas libritas de peso.
Después de casi dos años de entrar por primera vez al centro oncológico, Amy todavía camina regularmente por sus pasillos; pero esta vez, en lugar de un gafete de paciente, lleva un gafete de colega de Goshen Health.
En julio del 2022 Amy comenzó un nuevo trabajo como especialista en información oncológica justamente en el centro oncológico donde fue tratada. Allí, registra todos los días las evaluaciones de los pacientes de cáncer que acuden al centro en busca de ayuda.
Toda la experiencia vivida lidiando con el cáncer le ha dado a Amy una perspectiva completamente nueva de la vida.
Ella concluye: “Estoy donde debo de estar; nací para hacer este trabajo.”