Profesor universitario aprende el poder del conocimiento ante un diagnóstico de cáncer

El tiempo se paró para Rachael Hoffert cuando aprendió que tenía cáncer de seno. En su mente, era muy joven, la edad de 42, para pensar mucho en el cáncer. Pensó que había encontrado un quiste durante un auto examen, y no pensó que fuera algo serio.
Pero un examen de seno hecho por su ginecólogo, y también una mamografía diagnostica, una ultrasonido y biopsia, concluyeron una cosa – cáncer de seno en etapa temprana.
“No pude moverme en ese momento,” dijo Rachael. “Recuerdo que miré a mi esposo y pensé, ¿qué hacemos ahora?”
Siempre había preguntas en la mente de Rachael. ¿Qué debe hacer con sus tres hijos? ¿Debe programar una reunión en el trabajo? ¿Cómo iba a cambiar su vida?
Nadie en su familia había tenido una historia de tener la enfermedad. Gozaba de buena salud y siempre iba a las citas de rutina y chequeos. Tenía unas amigas que sobrevivieron el cáncer de seno, y ella las había animado y apoyado en sus caminos.
¿Cómo podría estar pasando esto a ella?
Enseñar a la profesora sobre el cuidado del cáncer, un paso a la vez
“Recomiendo que vaya a Goshen para estar con la doctora Morris, ella es oncóloga de senos,” dijo la ginecoobstetra de Rachel cuando le dio el diagnostico. “Ella va a tener un buen programa para usted para tranquilizar el miedo que tiene.”
Era exactamente lo que quería escuchar Rachael. Ella sintió que su vida estaba fuera de control en ese momento, pero confió en su médico para guiarla al camino correcto.
Rachael programó una cita con la médica Dr. Laura Morris, cirujana oncóloga de seno en Goshen Center for Cancer Care. En su primera consulta, la doctora Morris apartó los reportes del laboratorio e historial médico para aprender primero sobre Rachael y su esposo, Dave.
E cáncer había interrumpido su vida. Rachael y Dave son padres de tres niños, dos adoptados de Etiopía; los dos tienen estudios superiores con carreras de profesora universitario y superintendente de escuelas; y los dos están activos en su comunidad de Warsaw, a unos 30 minutos del Center for Cancer Care.
La pareja buscó la doctora Morris para seguir adelante con un diagnóstico, que no habían entendido por completo. En este momento la doctora Morris actuó como la maestra de los Hoffert.
La cirujana oncóloga de seno explicó los resultados de la biopsia en términos sencillos para que pudieran entender. Ella mostró imágenes de la mamografía y habló sobre cosas importantes de la etapa, el tipo, y la agresividad que tiene el cáncer.
La lección de cáncer de seno terminó con una discusión sobre las diversas opciones para tratar el cáncer de Rachael.
Un equipo de expertos de cáncer en un solo lugar
Rachael confió lo que aprendió de la doctora Morris y tomó decisiones difíciles, esto incluyó la decisión de tener una mastectomía doble. Así le dio la mejor oportunidad para deshacerse del cáncer y de las células anormales que puedan convertirse en cáncer en el futuro.
“Entendí por la manera que describió mi situación cuál tratamiento era lo mejor para mí,” dijo Rachael. “Fue muy difícil pensar en tener una cirugía grande, pero también sabía que la recomendación salvaría mi vida.”
Parte del plan de tratamiento de Rachael incluyó empezar la reconstrucción de seno a la misma hora de su mastectomía. El médico Ronald Downs, que provee servicios de cirugía plástica en el Center for Cancer Care, la ayudó a entender el proceso, contestó todas las preguntas, y le dio confianza que la iban a cuidar.
El círculo de cuidado de Rachael abrió para incluir terapia endócrina recomendado por los oncólogos médicos en Goshen. Aprendió que la hormona estrógeno alimentó las células de cáncer en su cuerpo. Eso significó que necesitaba medicamento oral durante cinco años después de la cirugía para bajar el riesgo de que el cáncer regresara.
La médica naturopática Emily Moore, ND, del equipo de cuidado integrado del Center for Cancer Care, le explicó a Rachael los hábitos alimenticios y suplementos que podían marcar una diferencia en cómo se sentía antes, durante, y después de la cirugía. Hablaron sobre los ejercicios como Pilates, correr, y caminar con su perro – todos son buenas terapias para los que sobrevivan el cáncer.
Una consejera de mente-cuerpo animó a Rachael a continuar con las cosas que amaba, y para seguir viviendo su vida. La consejera también ofreció hablar con los hijos de los Hoffert sobre los cambios que puedan afectar a la familia en los meses venideros.
“La colaboración y el equipo significaron mucho para mí,” dijo Rachael. “estoy muy sorprendida sobre todo el conocimiento que tienen en un solo lugar.”
El cáncer de seno trajo muchas cosas negativas a la vida de Rachael. Pero la manera que la trataron con dignidad y respeto por cada médico, enfermera, recepcionista y coordinador de cuidado del paciente marcó una diferencia para ella.
“Todos querían lo mejor para mí,” dijo ella. “Sentí que me cuidaron mucho y que estaban conmigo en cada paso para ayudar con mi camino.”
¡Regreso al trabajo!
Cuando Rachael llega a un año de sobrevivir de cáncer, ella ve la vida de otra manera. La familia es más importante que nunca. Los lugares conocidos la llenan de gratitud y paz. Su espíritu de maestra ha regresado.
Rachael encuentra su voz cuando comparte su historia de luchar, aprender, las relaciones, y la bondad.
“Este camino le hace pensar sobre lo que es lo más importante en la vida,” dijo ella. “Espero que pueda dar a otros lo que me dieron a mí.”