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La alegría y la culpa desafían a Rick Lengacher después de nueve años en remisión

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Encontrar las palabras adecuadas para expresarse sobre el cáncer no es fácil para Rick Lengacher. Él vive con el cáncer desde el momento en que fue diagnosticado con linfoma de Hodgkin etapa 2, en noviembre del 2012.
 
La experiencia de Rick es una de conflicto. Todos los días se siente bendecido y culpable a la vez.
 
"Me siento bendecido porque estoy mejor física, emocional, y espiritualmente," nos cuenta Rick. "Y a la vez me consterna el conflicto entre mi alegría, y la pena y el dolor de otros que pasan por el tratamiento del cáncer."
 
Ahora que Rick, de 57 años, llega a los 10 años de supervivencia del cáncer, busca maneras de conectarse con otros y ofrecerles esperanza. Por eso decidió compartir su historia con la red de sobrevivientes Goshen Cancer Survivor Network.
 
Rick vive con su familia en Goshen y está agradecido por las redes de apoyo que lo han sostenido desde el momento en que fue diagnosticado. Sus vecinos, compañeros de la iglesia, compañeros del trabajo y familiares han ayudado a levantarle el ánimo y cuidar de su bienestar.
 
Los profesionales en salud de Goshen Center for Cancer Care que lo cuidaron durante el año en que recibió tratamiento del cáncer ahora le ofrecen aliento y apoyo. Este apoyo es esencial ahora para Rick en su afán de vivir una vida plena.

Las terapias naturales y cambios al estilo de vida ayudan con la sanación y recuperación

Mientras Rick recibía los tratamientos de quimioterapia, contaba con el apoyo de un consejero mente-cuerpo, un dietista, y un médico naturopático todos los días. Ellos propusieron una variedad de terapias naturales que podrían ayudar a Rick a lidiar con el dolor crónico, reducir el estrés, y manejar las funciones corporales perjudicadas.
 
"Al principio, yo no pensaba que mi dieta o mi salud emocional tuvieran nada que ver con mi salud física," dice. "El equipo de atención integral me dio la oportunidad de llegar a esa conclusión por cuenta propia."
 
Más allá de los cambios físicos a su salud, Rick empezó a reflexionar sobre la vida. El peso de la carga emocional y espiritual que llevaba agregaba más estrés a su vida y hasta le causaba trastornos autoinmunes. Esto significaba que tenía que mirar de cerca a su relación con la familia, con su manera de cuidarse a si mismo, y hasta con su trabajo.
 
"Poco a poco llegué a entender que mi sistema inmunológico estaba perjudicado y confundido por todos los factores de estrés no controlados," dice Rick.
 
Pronto los términos como protocolo autoinmune, resaca metabólica y autofagia se convirtieron en parte de su vocabulario cotidiano. Rick probó los ayunos intermitentes hasta que encontró un patrón que ayudó a reequilibrar un intestino permeable y reducir los brotes inflamatorios dolorosos.
 
Para ayudar a reducir los niveles de estrés, Rick dejó el trabajo que amaba, de enseñar a niños de 1ero de primaria en York Elementary School en Middlebury, Indiana. Volvió a trabajar en Everence Financial, lugar en donde había trabajado unos años atrás. Las responsabilidades diarias como gerente de la sucursal resultaron ser más adecuadas para su nueva situación de vida.

En otro acto de fe, Rick decidió empezar a hacer meditación y yoga, dos conceptos a los que inicialmente se resistió y no podía creer que algún día encontraría útiles. Él y su esposa, Jan, también buscaron la ayuda de un consejero para ayudar a reparar su relación, que también había sufrido los efectos del estrés.  
 
Rick empezó a salir a correr, aunque nunca había tenido interés en ese tipo de ejercicio anteriormente. Su oncólogo le animó a que fuera lo más activo posible, que no se sentara en el sofá todo el día.
 
"Mi esposa escuchó esas palabras y empezó a invitarme a acompañarle en algunas caminatas cortas – de solo 100 metros," dice Rick. "Las caminatas cortas se convirtieron en carreras de una milla, y ahora hasta más largas.”

 
Podemos aprender dos lecciones de la dedicación de Rick a sus carreras matutinas. Primero, es mejor hacer algo pequeño que nada. Puede que nunca hubiera caminado los primeros pasos si la meta hubiera sido la de correr largas distancias. Ahora, Rick usa el tiempo para alimentar su salud física, emocional y espiritual.
 
Una segunda lección es la sanación poderosa que conlleva el apoyo de la familia, los amigos, y aun los extraños que llegan a la vida de Rick todos los días.  Él ha aprendido a aceptar la ayuda de otros para ayudarse a sanar.   
 
"Es imposible predecir el impacto-ya sea positivo o negativo—que tendrán nuestras palabas o acciones en la vida de los demás," dice Rick.
 
Hoy en día, Rick sigue un régimen de dieta, ejercicio, y meditación que alivia el dolor y le da energía para brindar ayuda a otros que necesitan apoyo y consuelo. También sigue buscando maneras de expresar su mensaje de aliento que va más allá de los desafíos físicos. Rick ha llegado a la conclusión que la salud física, emocional, y espiritual están interconectadas.

 
Cada vez que Rick comparte sus experiencias, siente una mayor claridad sobre sus creencias, y acepta el desafío de vivir con antecedentes de cáncer.

 "Se siente como parte del proceso de sanación", nos dice.

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