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Salud del hígado: Cuide de su hígado, para que pueda cuidar de usted

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Salud del hígado: Cuide de su hígado, para que pueda cuidar de usted

En su próxima visita de atención primaria, es posible que quiera preguntar sobre un chequeo de la salud de su hígado. Esto se debe a que cada vez más personas están desarrollando una afección llamada enfermedad del hígado graso. Esta enfermedad está asociada con la disfunción metabólica (MAFLD, por sus siglas en inglés).

El exceso de grasa en el hígado puede dañar el hígado mismo y además hacer que corra un riesgo elevado de sufrir problemas de salud graves, como cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Esta enfermedad no presenta síntomas específicos, por lo que las pruebas de detección son muy importantes.

Su hígado importa

Su hígado es una fuente inagotable de energía para su salud. Es el órgano interno más grande, aproximadamente del tamaño de una pelota de fútbol norteamericano y pesa de 3 a 4 libras. Día tras día, su hígado le da una desintoxicación natural al procesar todo lo que usted come o bebe, y sirve de almacén para sustancias como vitaminas, minerales y glucosa que su cuerpo necesita.

Estas son las tareas que su hígado realiza todos los días para mantener su cuerpo en buena forma:

  1. Convierte los alimentos en energía
  2. Controla el flujo de nutrientes en su cuerpo
  3. Filtra las toxinas y bacterias
  4. Limpia la sangre
  5. Combate las infecciones
  6. Regula el almacenamiento de grasa y los factores de coagulación de la sangre
  7. Controla el colesterol, las hormonas y el azúcar

Cuando el hígado está dañado, no puede funcionar correctamente. Puede quedar cicatrizado o rígido debido a la inflamación, que bloquea el flujo sanguíneo en el hígado.

Factores de riesgo para la disfunción metabólica

Es posible que corra un riesgo elevado de desarrollar la disfunción metabólica (MAFLD, por sus siglas en inglés) si tiene diabetes o síndrome metabólico, también conocido como resistencia a la insulina. Los factores de riesgo adicionales incluyen obesidad, presión arterial alta, colesterol alto y diabetes.

Pruebas para detectar la enfermedad hepática

Su médico puede pedir una serie de pruebas para detectar la enfermedad de MAFLD.

Pruebas de diagnóstico por imagenología FibroScan®: Esta prueba de ultrasonido les da a los médicos una manera de observar el interior del hígado para medir su rigidez. Eso ayuda a su médico a detectar signos de acumulación de grasa, tejido cicatricial o daño al órgano y crear un plan de tratamiento, si es necesario. Es una prueba indolora y no invasiva que generalmente se realiza en el consultorio de gastroenterología y solo requiere tres horas de ayuno estricto.

Pruebas de función hepática : los análisis de sangre pueden medir el nivel de proteínas o enzimas en el hígado. Las enzimas elevadas pueden ser una señal de que el hígado no está funcionando correctamente. Su médico puede ordenar esta prueba sencilla de laboratorio y evaluar los resultados.

Biopsia de hígado : un médico utiliza una aguja especial para tomar pequeñas muestras de tejido del hígado y las examina, en busca de señales de daño en el hígado. Por lo general, este procedimiento se realiza en una clínica ambulatoria donde usted se va a casa el mismo día.

5 estrategias para ralentizar o revertir el daño causado por la enfermedad MAFLD

Estas son algunas cosas que usted puede hacer para cuidar de su hígado, para que su hígado pueda cuidar de usted.

  1. Coma alimentos saludables. Agregue alimentos de origen vegetal a sus hábitos alimenticios diarios. Muchos médicos recomiendan la dieta mediterránea. Esto incluye comer más verduras, frutas, cereales integrales, pescado, aceite de oliva, frijoles, nueces y semillas. Comer menos carne roja, azúcar, papas, mantequilla y carbohidratos procesados puede ayudar.
  2. Mantenga un peso saludable. La pérdida de peso es la forma más eficaz de reducir el riesgo o incluso prevenir la enfermedad hepática. Trate de hacer pequeños cambios que puedan marcar una gran diferencia en su salud. Puede reducir la acumulación de grasa en el hígado al perder solo el cinco por ciento de su peso actual.
  3. Muévase más, siéntese menos. Incluso una pequeña cantidad de actividad es mejor que ninguna. Tome el primer paso añadiendo un poco de movimiento a su día. ¿No sabe por dónde empezar? Intente incorporar usar las escaleras en lugar del ascensor, hacer la jardinería o las tareas domésticas.
  4. Limite o evite el alcohol. Haga del agua su bebida preferida y evite las bebidas con alto contenido de azúcar, alcohol y calorías vacías. El agua también tiende a reducir la sed y llenar el estómago, por lo que va a consumir menos calorías.
  5. Tenga cuidado con los remedios caseros y los suplementos. Consulte con su médico acerca de las vitaminas, los suplementos, y los remedios caseros. Algunos contienen ingredientes que pueden hacer más daño que bien al hígado.

Si tiene preguntas sobre las pruebas de detección o inquietudes sobre la salud de su hígado, consulte con su médico de atención primaria. Para más información sobre nuestros servicios de gastroenterología, visite GoshenGI.com.

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