Conozca a Truffle, un profesional del servicio voluntario
Truffle no es un voluntario típico en el Goshen Center for Cancer Care. Ella es una de las más bajas del grupo y también muy joven, aunque nadie sabe su edad exacta.
Pero cuando se pone la camiseta de servicios de voluntario, Truffle está muy lista para empezar a trabajo y ayudar a aliviar una carga o hacer alguien feliz.
“Tiene un contoneo cuando camina,” dijo Bethany Swope, quien acompaña a Truffle en todas sus rondas. “Ella esta aquí para todas que quieren dar su atención.”
Truffle es una perrita de terapia. Ella y su entrenadora, Bethany, trabajan en equipo para ofrecer apoyo a los colegas, los pacientes, y los familiares en el Cancer Center.
“Truffle escucha a las emociones de la gente,” dijo Bethany, una consejera de mente-cuerpo en el Cancer Center. “He aprendido a confiar en su sentido de quién debemos ir a visitar, y ella siempre tiene la razón.”
Servir a los demás en situaciones de mucho estrés
Los perros de servicio han hecho rondas en hospitales por décadas. Son parte de un grupo de animales que ayudan y son entrenadas para trabajar con conjunto con un consejero humano para ofrecer un sentido de tranquilidad y relajación para gente en situaciones estresantes.
La terapia asistida por animales trae unos de los mismos beneficios que el ejercicio. Puede bajar el estrés, la depresión, la ansiedad, y puede aumentar los sentimientos de bienestar.
Otros perros de asistencia puedan proveer un servicio o un apoyo emocional para un humano especifico. Pero, Truffle y su pareja han estado entrenados para el arte de la visita.
El equipo está disponible para cualquiera que está buscando un momento breve para alejarse del estrés del día. Van a las áreas clínicas para decir hola, o a sentarse a acompañar un paciente en la sala de espera.
“La gente respira un poquito mejor, parecen más tranquilos, y se relajan más fácilmente cuando hay un perro de terapia cerca,” dijo Bethany.
Una mezcla natural de simpatía calma, y tranquilidad
Bethany y su esposo adoptaron la mezcla de chow de un refugio en 2021 cuando Truffle tenía un año. Desde el principio, la intención de Bethany era entrenar a Truffle para estar en el equipo auxiliar de voluntarios del hospital como perro de terapia.
Bethany había leído cómo los perros de terapia puedan ayudar a los trabajadores de primera línea durante la pandemia. La inspiró querer hacer lo mismo para los colegas, los pacientes y los familiares en el Cancer Center.
La personalidad tranquila de Truffle, y su conducta bien educada hicieron que fuera una estudiante modelo en las sesiones de entrenamiento para perros de terapia. Ella aprendió con rapidez, y naturalmente era obediente. Los sonidos, los movimientos repentinos, y el equipo del hospital – como una silla de ruedas, las andadoras, y los ascensores – no la molestaban.
Bethany – una persona a quién le encantan los perros – dependió de sus experiencias como consejera y educadora durante su entrenamiento como la entrenadora de Truffle. Aprendió técnicas para crear un equipo disponible para la gente que necesita un breve respiro, y también aprendió cómo medir el interés de interactuar cuando la gente ve a Truffle.
El dúo recibió las credenciales como perro oficial de terapia, de la Alianza de perros de terapia, en 2021. Al fin del año, Truffle se puso de voluntario oficial de Goshen Health.
Ayudar a alguien que necesita un descanso
En ocasiones, Truffle sabe que la necesitan antes de que entre al Cancer Center.
Es lo que sucedió un día cuando un paciente se sintió solo afuera del edificio, y estaba esperando su carro. Truffle inmediatamente guio a Bethany al paciente y esperó que se lo presentara.
Truffle se puso cerca del paciente y se sentó con paciencia, mientras él la acariciaba y hablaba sobre su día.
“Ella no dejó el paciente hasta que su carro viniera a recogerlo,” dijo Bethany. “Aunque fue al principio de nuestra visita, a ella le encanta venir aquí, ella eligió a ese paciente y se quedó con él.”
Las visitas de un voluntario hacen un día laboral mejor
La emoción cambia en un instante cuando Truffle llega al Cancer Center con Bethany. Sus aficionados la saludan con un grito emocionado. Paran por un momento para dar Truffle una caricia en la cabeza y respiran su presencia de tranquilidad.
Bethany ve la diferencia que hace la terapia para sus colegas. Las sonrisas vienen naturalmente, pueden respirar un ritmo nuevo y las posturas se relajan cada vez que viene la perrita.
“Escucho una y otra, ‘yo necesitaba eso,’” dijo Bethany. “’Muchas gracias por traerla a visitarnos.’”
Es suficiente incentivo para que Bethany pueda mantener el horario de Truffle en el Cancer Center todos los viernes por la tarde.
Para Truffle, pueden ser las galletas que la entusiasman para volver. Los bocadillos de mantequilla de maní son sus favoritos. O tal vez es la recompensa de la siesta que se gana cuando termina su turno.
De cualquier manera, gracias por su servicio, Truffle. Nos vemos la próxima semana.